Desde hace algún tiempo se habla de las bondades de la informática y los ordenadores en el ámbito de la educación. Como una herramienta de mejora para el conocimiento de las distintas materias, sobre todo considerando el desarrollo y extensión de Internet, pero nos hemos olvidado de lo que puede significar no solo su uso y las ideas que subyacen en su esencia, sino su conocimiento como tal y el salto cualitativo en la interacción con el saber y el compromiso personal con el aprendizaje.
El descubrir para aprender con respuestas inesperadas, por lo que a nivel personal, sigo considerando el LOGO creado por Seymour Papert en el laboratorio de Inteligencia Artificial del Instituto Tecnológico de Massachussets, en la mitad del siglo pasado, con plena vigencia educativa, contribuyendo desde edades tempranas (Alumnos de 4 o 5) años, a la mejora cognoscitiva de materias como la aritmética, la geometría espacial, la lógica, la música y el desarrollo del lenguaje entre otras áreas, forjando una nueva relación con el pensamiento personal del usuario.
Hoy en día la evolución y desarrollo de la informática y sobre todo de las capacidades multimedia de nuestros ordenadores, nos han hecho variar la concepción del uso, no solo como herramienta de apoyo, sino de lo que significa como ciencia y las posibilidades que tiene de ampliar la mente de los alumnos si la perspectiva que nos mueve es el ámbito propiamente informático, con sus lenguajes de programación orientados para su uso en edades escolares.
Antonio Tortosa López
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